En los primeros pasos de nuestra andadura profesional, es habitual aceptar cualquier solicitud que nos pueda llegar por parte de un cliente dado nuestro afán por despegar. Sin embargo, a medida que los años van pasando, es evidente que todos los traductores necesitamos tener una especialización.
Como traductores, todas las semanas estamos expuestos a una gran cantidad de contenido, de muchas variedades y de temas muy diversos. Independientemente de nuestras capacidades lingüísticas, la variedad de textos que requieren de una traducción es tan amplia que hace imposible para cualquier traductor (independientemente de la combinación de idiomas en los cuales traduzca) ser un experto en todos los campos. La forma través de la cual un traductor puede llegar a especializarse en un campo se puede deber tanto a su formación académica así como a su vida privada.
Dejando de lado la formación estrictamente académica, a continuación intentaré reflejar algunos de los caminos más comunes a la hora de especializarte en un campo de traducción específico.